Todos los días, Kari, miembro del Club de doce años, recurre a su Club en busca de la estabilidad y la consistencia que necesita para hacer que su futuro sea más brillante. Kari empezó a venir al Boys & Girls Club de su barrio hace tres años gracias a la recomendación de un amigo de la familia. Durante ese tiempo, ha aprovechado todo lo que los programas tienen para ofrecer, desde artes hasta tutoría, hasta jugar en su primer equipo de baloncesto.
Kari ha llegado a apreciar las caras sonrientes, la aceptación y la positividad que resuena en el Boys & Girls Club. Con la misma resiliencia, tenacidad y esperanza que caracterizan a tantos de nuestros jóvenes, Kari continúa esforzándose por ser la mejor persona que puede ser a pesar de las barreras en su camino. Kari trabaja duro para sacar buenas notas y ayuda a otros miembros del Club con sus tareas. El Club le ha enseñado a Kari que su vida no tiene límites y que tiene todo lo necesario para tener éxito si lo da todo.
“Gracias al Boys & Girls Club, siempre sé cómo ver el lado positivo de la vida. Cada día es un día feliz cuando estoy aquí en el Club”, dijo Kari.
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