Ingrid, de catorce años, es una verdadera mariposa social. En un día cualquiera, se la puede encontrar flotando en todos los rincones del Suncor Boys & Girls Club en Commerce City hablando con amigos, asesorando a los miembros más jóvenes del Club y ayudando al personal. Las sólidas relaciones que Ingrid ha desarrollado con sus compañeros y el personal del Club han ayudado a dar forma a su enfoque para un futuro prometedor. “El Club me ha ayudado a darme cuenta de mi potencial y nunca rendirme”, dijo Ingrid.
En 2004, la dinámica familiar de Ingrid cambió cuando sus padres se divorciaron. Ingrid tuvo que aprender a sobrellevar este gran cambio de vida y recurrió a su Boys & Girls Club en busca de apoyo. “El Club me ayuda a aprender de los desafíos que presenta la vida”, dijo Ingrid. “Me ayuda a procesar situaciones más rápido y concentrarme en lo que más importa”.
Aspirando a asistir a la universidad algún día, la noción de nunca darse por vencida es crucial para Ingrid. Como la vida a menudo presenta desafíos, durante los últimos doce años, Ingrid ha confiado en la presencia constante de su Club para guiarla en la consecución de su sueño universitario.
Con un corazón abierto y un fuerte sentido de confianza, Ingrid da una calurosa bienvenida a nuevas oportunidades y experiencias. Con solo seis años, entró al Club por primera vez sin una pizca de miedo. Dos años después, pasó una semana en las montañas durante su primer verano en Gates Camp. Le gustaba tanto que nunca sintió nostalgia. A los diez años, Ingrid comenzó a participar en la competencia Joven del año solo para descubrir que le encanta lo que algunos de los otros candidatos temen: el riguroso proceso de entrevista. “Las entrevistas son divertidas. ¡Los jueces me hacen muchas preguntas y también aprendo mucho sobre ellos!”.
Al encontrar oportunidades para aprender en todos los espectros de la vida, los pies de Ingrid a menudo la llevan al gimnasio del Club o afuera a la cancha de fútbol sala. Ingrid disfruta participar en muchos deportes. Mientras arrastra los pies en la cancha de baloncesto, corre de un lado a otro de la cancha de fútbol o corre por la pista, participar en atletismo le ha enseñado a Ingrid la importancia de la comunicación y el trabajo en equipo. También ha aprendido a nunca tener miedo. “Simplemente disfruta el juego y sé libre”, dijo Ingrid.
El viaje desde la escuela de Ingrid hasta el Centro de Aprendizaje del Club es una simple caminata rápida. Al asumir una carga de tarea más pesada como estudiante de primer año en la escuela secundaria, esta proximidad ayuda a Ingrid a sobresalir académicamente. “Durante el año escolar, el Centro de Aprendizaje es el primer lugar al que voy casi cada vez que entro al Club”, dijo Ingrid. “Me gusta hacer mi tarea antes de participar en cualquier otro programa”. El Centro de aprendizaje ofrece amplios recursos, incluida la orientación de los miembros del personal para ayudar a Ingrid a mantener un GPA alto. “El personal me ayuda con mi tarea”, cuenta Ingrid. “Siempre están ahí para mí cuando los necesito”.
Entre equilibrar la escuela, los deportes y participar en varios programas de liderazgo, Ingrid tiene las manos ocupadas. El compromiso a largo plazo de Ingrid con su Boys & Girls Club la ha posicionado como líder y mentora. Tanto los miembros más jóvenes como los mayores admiran a Ingrid y acuden a ella cuando necesitan ayuda. Como presidenta de Torch Club, un programa de carácter y liderazgo para estudiantes de secundaria, Ingrid aprendió cómo organizar proyectos y administrar a sus compañeros para ejecutar con éxito una variedad de diferentes eventos de recaudación de fondos. En el transcurso de los próximos cuatro años, Ingrid espera convertirse en consejera en formación en Gates Camp para servir como mentora de los campistas más jóvenes. También planea unirse al Keystone Club, un grupo de liderazgo para adolescentes del Club.